Me gusta la gente con imaginación rebelde. Los que se sublevan contra los cerebros sensatos y se encomiendan a los corazones impulsivos. Me gustan los que abogan por el ingenio y se entregan a la creatividad desmedida; los que reivindican los sueños y llevan por bandera la fantasía. Me gustan aquellos imprudentes de ideas alocadas y sentimientos desobedientes; los inconformistas, los curiosos y los que se cuestionan la rutina. Me gustan los originales, los espontáneos, los excéntricos, los que hacen frente a sus miedos y lo arriesgan todo por sus sueños.
Me gustan los adictos a los besos, las sorpresas, el chocolate y los abrazos; los que abogan por la filantropía y también los que leen poesía. Me gustan los que te hacen reflexionar sobre tus ideales de vida, los que no evitan las lágrimas pero si las mentiras, y los que tienen coraje, pero también cosquillas. Me gustan los humildes, los ingenuos y los extraordinarios. Me gustan todos y cada uno de ellos porque son inigualables, porque vayan donde vayan no hay quien les pare, y porque exprimen la vida al máximo, no vaya a ser que un día les falte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario